Bolivia
desde hace un tiempo viene madurando la idea de desarrollar la Denominación de
Origen (D.O.) “Vinos de Altura”, es precisamente en esta atmósfera que se ha hecho vox
populi en la red un adagio que se le atribuye a un viejo productor
artesanal anónimo, quien afirmaba que los viñedos tarijeños ubicados a una
altura que oscila los 2.000 m.s.n.m. estaban “más cerca del sol, más cerca de
las estrellas y más cerca de Dios”. Fenómeno que más allá de la metafísica
popular, tiene una explicación racional.
Más cerca del sol
La mayor parte de las vides que se cultivan en
el terroir tarijeño no son intimas amigas de las precipitaciones pluviales,
todo lo contrario, son eternas amantes de los rayos ultravioletas con los que son
bombardeas por el invencible Dios Sol que gobierna la campiña tarijeña sin que las
nubes puedan hacerle mucha sombra.
Más cerca de las estrellas
Por la noche, al tratarse de un
microclima sub-andino y estar ubicado geográficamente al sur del país, cae la
temperatura algunas veces de manera considerable y otras veces simplemente el
aire sureño refresca la campiña lo suficiente como para que las vides se den un
merecido descanso luego de haber trabajado arduamente durante la extensa
jornada soleada, letargo que es vigilado por el mismísimo firmamento, quien se
encarga de auspiciar un proceso de maduración lenta que permite a los
productores obtener vides mucho más ricas en aromas, matices y sabores que en
otras latitudes menos privilegiadas.
Más cerca de Dios
Lo que no se puede explicar es si el productor
se refería al Dios de los cristianos o a alguna deidad pagana del periodo
previo a la colonia, sin embargo, de cierto oz digo que los potentes elixires
de altura producidos en la indómita Tarixa, son capaces de redimir y elevar el
espíritu de simples mortales hacia alturas excelsas.
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el texto en Gourmetravel.net: http://www.gourmetravel.net/vinos-de-altura
Texto:
Romano Paz