miércoles, 23 de mayo de 2018

4 pasos básicos para catar un vino


1)      Experiencia sensorial

El vino es una obra de arte, que no está hecho para contemplarlo sino para beberlo, por lo tanto es muy importante que estemos con la mente despejada y predispuestos a experimentar sensorialmente.

2)      Vista

Se debe de servir 1/3 de vino en una copa de cata de un promedio de 500 ml, la misma debe de estar sin gravados, es decir ser completamente translucida. Inclinamos la copa en 45º sobre un fondo blanco y además de identificar el tipo de vino a valorar (blanco, rosado o tinto), observamos su limpidez, que no tenga defectos como desprendimiento de gas o residuos sólidos, debemos de ver la intensidad de su color, ya que los vinos jóvenes son brillantes y los vinos de gran guarda tienden a colores cobrizos u apagados. Otro de los aspectos a avalorar son el cuerpo del vino, es decir su densidad, nuevamente los vinos jóvenes son poco densos y los grandes vinos son más viscosos debido a que tienen una mayor graduación alcohólica y pueden llegar a tener azúcares residuales.

3)      Olfato

En la fase olfativa, debemos de oxigenar el vino en la copa haciéndolo girar en la misma, seguidamente identificamos su aromas primarios que están directamente vinculados con la variedad de uva, los aromas secundarios vinculados al terrúa, el momento de la cosecha y la fermentación del mismo, finalmente debemos de identificar si el vino ha reposado en madera, puesto que esta le aportará aromas terciarios.

4)      Gusto y tacto

Llevamos el vino a la boca y lo movemos muy sutilmente por toda la lengua para valorar su sabor y su textura, seguidamente lo ingerimos y sentimos las notas retro-nasales, es decir la persistencia del vino, ya que los vinos jóvenes son ligeros mientras que los vinos complejos tienen una gran persistencia.

Texto: Romano Paz.

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