jueves, 27 de marzo de 2014

Mes del Aqua Vitae (Whisky) en el IC Norte



Durante el mes de marzo de 2014, los días jueves, viernes y sábado; en IC Norte como es de costumbre, estuvimos en compañía de mucha gente linda, con todos aquellos que se asomaron a nuestros enclave, hicimos un viaje metafórico en el que la primera escala fue Tennesse en USA, para luego dar saltos cuánticos hacia Irlanda y luego hacia las tierras de los míticos clanes Celtas que desde tiempos inmemoriales habitan la actual Escocia, ciudadanos que por cierto este año en un referéndum dirimirán sobre su independencia y/o permanencia en el Reino Unido, si William Wallace estuviera vivo, gritaría a los cuatro vientos; INDEPENDENCE, pero los tiempo so otros, bueno a lo nuestro. 


En este último maravilloso país deambulamos por sus cuatro macro regiones; sus más de 300 islas (con sus whiskies mayormente ahumados), las tierras altas (con sus whiskies de cereal), las tierras bajas (con sus whiskies de grano) y finalmente la emblemática región de Speyside, páramo donde se destilan y añejan a mí entender las mejores maltas de este globo. 


Demás está decir que fuimos tras los pasos de algunas inmortales promesas doradas, el whisky y el whiskey en sus principales estilos: americano, de una sola destilación y mayormente hecho a base de maíz, irlandés, de triple destilación y mayormente hecho en base a trigo y finalmente escocés, de doble destilación y hecho mayormente en base a cebada, este último es el único que ostenta el denominativo de whisky y es el que presenta la mayor cantidad de etiquetas gracias que Escocia tiene instaladas más de 100 destilerías, de este sus principales variedades son el Single Malt y Blend Scotch Whisky.


Finalmente analizamos los diferentes tipos de añejamiento, es decir los años que este ha reposado en la barrica y las diferentes variedades de barricas que se han utilizado.


Fue una verdadera fiesta de proporciones épicas, galopante y entretenida, en la que propios y extraños disfrutaron de la aristocrática “aqua vitae” (uisge-beatha, vocablo gaélico de los antiguos celtas que quiere decir agua de vida, pues se creía que podía revivir a los muertos, la misma contemporáneamente da origen a término de whisky), para luego apoderarse y llevarse a casa el whisky o whiskey que mejor les calzaba.

Solo resta dar las gracias al IC Norte por esta iniciativa que no tiene paralelo en Bolivia, por la impecable logística del mes del whisky y por permitirme ser parte de este inolvidable viaje, hasta la próxima y Slangeva! (salud en gaélico).





miércoles, 26 de marzo de 2014

Ron; tesoro de Piratas


El ron es una bebida espirituosa que se logra primero; como el resultado de la fermentación de las mieles (jugos) de la caña de azúcar, segundo; gracias al proceso de la destilación industrial del mencionado fermento, con lo que obtiene un aguardiente que fácilmente bordea los 80 grados de volumen alcohólico.

Este brebaje, por primera vez hace su entrada en la escena de la América Central, gracias a que los conquistadores Europeos trasladaron al nuevo mundo las primeras plantaciones de caña –fruto que es de origen árabe- junto al proceso industrial de destilación, desconocido hasta ese entonces, por los grupos sociales de esa región del globo.

Este destilado cobra importancia y se comienza a producir en grandes cantidades, gracias a que tanto los piratas como los corsarios -que surcaban de palmo a palmo el Mar Caribe en busca de capturar las grandes riquezas que transportaban las flotas mercantes de las potencias colonizadoras, comenzaron a valorar significativamente el ron. 

Sucedía que el agua de abordo, era transportada en barriles madera que le traspasaban un sabor bastante desagradable, además que el líquido vital se echaba a perder fácilmente, por lo que comenzaron a utilizaba el ron para hacer potable el agua y de paso un poco más agradable al paladar. 

Al ser un producto elaborado en el Caribe, era de bajo precio, con lo que rápidamente se volvió indispensable entre el resto de los diferentes marineros de ese entonces, como es una bebida alcohólica de alta graduación, seguramente fue la responsable de muchas grescas, rebeliones y amotinamientos en alta mar. 

Tal fue la producción, que era uno de los pocos productos con valor agregado que se exportaba al viejo mundo

Contemporáneamente, a este brebaje se lo rebaja con aguas destiladas o de mantiales para convertirlo en ron fresco si esta destinado para el consumo sin su paso por madera, caso contrario se estila añejarlo puro en barricas de diferentes tipos de roble que previamente han tenido en su interior whiskey americano tipo Bourbon o Tennesse, tambien otras que han tenido vino tinto tipo jerez o vino tinto frances de alta gama, otras que previaente han tenido coñac, finalmente tambien se estila usar barricas jóvenes que son carbonizadas internamente antes de introducir el ron recien destilado.

En la etapa final y previa al envasado en botella, el maestro ronero realiza una serie de mezclas o cortes con rones de diferente añejamiento, para alcanzar el color, aroma, sabor y complejidad deseado para su obra de arte. 
Actualmente es uno de los licores base para muchos de los cocteles preparados diariamente en los cuatro rincones del planeta, generalmente se combina bastante bien con diferentes cítricos y frutas frescas de origen tropical. Como dato, solo en Bolivia, el año 2010; se importaron más de 650.000 botellas de ron provenientes del Caribe, por un valor aproximado de 5.5 millones de dólares[1].

En honor a la tradición, me relevo hasta la próxima edición, con un canto pirata que dice así:

“…Con una Botella de Ron, la vida pirata, la vida es mejor, Ho, Ho, Ho…”

Texto: Romano Paz



[1] Fuente; Elaboración propia, en base a datos oficiales del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE)

De cómo el sabor, fue al encuentro del catador

La noche del lunes nueve de noviembre de 2009, se perfilaba como un apacible inicio de semana. De improvisto y de la nada, algún foráneo se encontraba tocando mi puerta bien entrada la noche. Con bastante mala leche, me asomo para increpar al sujeto impertinente.

Por un momento pensé que me traicionaba la vista, pero no era tal. Allí se encontraban mis dos viejos amigos y ex compañeros de secundaria. Andrés Carrasco y Ronald Saucedo portando una extraña botella de licor, al menos esa fue mi primera impresión. Me preparaba para descartar de la manera más cordial posible, la eventualidad de consumir licor el  primer día de la semana. A lo que Andrés me  increpa sonriente, diciendo que la extraña botella que portaba como un trofeo, era un vino de hielo, que le acabada de llegar de la península del Niágara, (Canadá). 

Alego vehementemente que no podía esperar ni un minuto más para  deleitarse con ese suculento caldo, y que no había pensado en ninguna otra persona para compartir aquella botella de de 375 ml. Aquí les comento que la pequeña botella tiene un valor comercial que bordea los cincuenta dólares americanos y es prácticamente inexistente en Bolivia.

Dicho todo esto, muy amablemente los invite pasar, no lo podía creer, el famoso vino Ice Wine, producido con cepa Vidal y cosechado en plena nevada, a una temperatura que oscila entre los menos ocho y los menos trece grados centígrado, con las uvas congeladas. Y que por cierto no había tenido la fortuna de experimentar, estaba ahora en mi nevera, esperando alcanzar una temperatura inferior a los ocho grados centígrados para poderla catar con propiedad.

Para cuando retiramos la botella de la cámara de frio, ya teníamos preparado el quirófano vitivinícola para operar. Nada mas sacar el corcho, e iniciar con él la fase olfativa, nos vimos invadidos por aromas a fruta madura y miel. Por lo que procedimos a servir el vino. A la vista era graso, de un amarillo oro profundo e intenso, un poco apagado diría yo. En nariz eran inconfundibles los aromas de miel y durazno maduro.


Cuando pasamos a la fase gustativa, la sensación fue verdaderamente asombrosa, sabores nuevamente a durazno, en esta etapa se manifestó también el sabor y el dulce de la piña, de textura aterciopelada, cremoso y espeso. De evolución profunda, el final fue prolongado, armonioso y elegante, en definitiva un vino equilibrado y fácil de beber. Una verdadera caricia a los sentidos.
 
Culminado el acto, fui yo el que no pudo esperar para documentar el suceso, a fin de  poder compartir con todos vosotros tan agradable experiencia, gracias; Andrés y Ronald, por aquel inolvidable momento de arte y cultura vitivinícola, mismo que despues de arios años permanece fresco en mi paladar y retina.

Texto: Romano Paz