viernes, 17 de agosto de 2012

Vinos de Calidad Producidos en Región Determinada, por su sigla en Inglés; V.Q.P.R.D.

Texto: elaboración propia

En materia de vinos, es frecuente que se nos complique un poco la vida cuando tenemos que valorar una botella, ya que usualmente solemos observar en las etiquetas una serie de datos muchas veces foráneos y desconocidos para nuestro bagaje de conocimientos organolépticos. A pesar de que la producción del globo es demasiado diversa como para llegar a conocerla en su plenitud, bien vale la pena informarse un poco sobre las características de un caldo antes de ser disfrutado, sobre todo si este ha sido ofertado como un vino Premium.


El lugar de origen y/o la procedencia donde son cultivadas las vides y se ha procesado el mosto, es uno de los hitos más importantes que debemos considerar a la hora de adquirir una botella de vino. Esto se debe a que la calidad del producto y sus principales notas, son en cierta medida  el reflejo del medio geográfico en el que se ha realizado la transformación de uva en vino. Esto se explica debido a que cada uno de estos caldos, pretende ser el reflejo intrínseco de cierta cultura, tradición e historia vitivinícola de una determinada región. A ellos se debe que cada Denominación de Origen (D.O.), certifique y limite las variedades de uva a sembrar, el número hectáreas cultivables, los tipos de vino a ser elaborados, los métodos de producción y el número de hectolitros que serán engarrafados. Para controlar la calidad de los vinos y el cumplimiento de todas las regulaciones dispuestas, cada D.O cuenta con un cuerpo colegiado (regularmente llamado Consejo Regulador), encargado de avalar la producción de cada bodega.

                       


Este fenómeno, ha sido explotado bastante bien por los productores de los países pertenecientes al “Viejo Mundo”, ya que desde hace muchos años han implementado políticas de calidad, que acentúan y privilegia el consumo relativo a los caldos que han sido acreditados como; “Vinos de Calidad Producidos en Región Determinada” (V.C.P.D.R). Este tipo de productores hace hincapié en diferenciar sus caldos de lo que acostumbran llamar “Vinos de la Tierra” (resto de producciones no certificadas). Cada país y cada región en particular, tiene sus propias nomenclaturas y normas para clasificar, distinguir y certificar su producción, para ello, utilizan una serie de abreviaciones, que generalmente observamos cómo; Denominación de Origen (D.O.), Denominación Controlada de Origen (D.O.C), Indicación Geográfica (I.G.), etc.


Estos vinos, son caldos que muchas veces comparten fama con las regiones donde son  producidos, tal como sucede con los siguientes ejemplos; Burdeos, Borgoña y Champaña en Francia, La Rioja y La Ribera del Duero en España, El Porto y el Alentejo en  Portugal, en fin, la lista es interminable.  A modo de darles otro ejemplo sobre la influencia del medio geográfico, les comento que en las regiones de clima frio y de poco sol, se suelen producir vinos mantecosos, suaves y de poco cuerpo, por el contario, en las regiones donde el verano es longevo y hay abundantes rayos de sol, es más común la producción de vinos potentes y con mucho cuerpo, aunque no es una regla general, es una tendencia natural.


Cuando hablamos de vinos certificados, se hace referencia a botellas numerada que llevan el nombre y sello de la denominación de origen, en forma clara y visible.

Cronología de Uva y Vino


El vino, es el fermento alcohólico más antiguo que conoce la humanidad, data prácticamente desde nuestros orígenes como civilizaciín. En el caso del vino de uva, uno de sus antecedentes más antiguos se remonta aproximadamente unos 5000 años a.C. a los territorios de lo que hoy es Irán, en los yacimientos arqueológicos de Hajji Firuz Tepe, donde se encontró una vieja vasija de barro con residuos de vino en el fondo, como si se tratase de una milenaria capa de pintura. Este hallazgo se sitúa geográficamente en los montes Zagros, y pone en evidencia a las primeras vides cultivadas de Oriente Medio.

Sin embargo, actualmente en varias partes de esta región del planeta, el consumo de alcohol puede ser considerado ilegal y es un delito que se llega a pagar incluso con la cárcel.

Debido a esto la comercialización de bebidas espirituosas muchas veces la realiza el mercado negro, situación que ha limitado y restringido de manera considerable el florecimiento de la producción vitivinícola en la cuna de su nacimiento.

Pasarían milenios hasta que el cultivo de la vid se extendiera a los cuatro puntos cardinales del planeta. A pesar de que no hay un consenso pleno entre los diferentes investigadores, se cree que la vid llega al mediterráneo de la mano de los fenicios, unos 3000 años a.C.; Debido a varios factores sociales y a pesar de su llegada tardía, el arte y la cultura del vino ha prosperado de manera formidable en el mundo occidental, al punto de que este, actualmente concentra la mayor parte la producción vitivinícola del globo.

El vino, es una bebida muy sencilla, consiste en extraer el caldo de múltiples comestibles para luego dejar que las levaduras naturales -diversos hongos microscópicos unicelulares, que son importantes por su capacidad para realizar la fermentación- procedan a convertir el azúcar natural en alcohol. Como en este caso en particular me refiero al vino de uva, su caldo -también denominado mosto- pasa de ser un simple jugo a una bebida fermentada, que puede oscilar como promedio un 12% de volumen alcohólico; Esto varía según el clima, la región, la altitud del viñedo, la cantidad de luz,  el tipo de uva y por supuesto el grado de madurez de la fruta al momento de cosechar la vid. En la actualidad, gracias a varias inventivas de nuestro tiempo, los enólogos han elevado la vitivinicultura a los más altos estándares de la técnica, la ciencia y el arte por supuesto. 


Un buen vino es la culminación de una obra de arte por parte del enólogo, este ha incorporado todo un bagaje de conocimientos para elaborar lo que en el lenguaje vitivinícola se suele llamar un vino redondo, quiere decir que todos sus elementos tienden a estar en equilibrio; por así decirlo, apunta a la construcción arquitectónica de una melodía, donde todas las notas se encuentren en armonía.


Un vino demasiado amaderado, esta desbalancedo, ya que la protagonista es la uva, que por cierto se manifiesta mediante matices múltiples, sutiles y elegantes. Por otra parte un vino demasiado frutoso, que carece de las importantes notas que le incorpora la madera durante la guarda, se le considera un vino inconcluso o joven, es decir de consumo inmediato. Ni que decir de los aromas, el cuerpo, el color, el tipo de tapón y la presentación que forman parte inalienable de la melodía a la que hago referencia. 


Texto: Romano Paz