lunes, 20 de junio de 2011

VENDIMIA


Texto: Elaboración propia

Trilogía entre lo divino, las fuerzas de naturaleza y el esfuerzo humano. 


Largo   y escabroso ha sido el trecho recorrido en materia de producción vitivinícola, nada ha sido fácil para los productores, que por cierto deben cultivar bajo la incansable mirada de Sol. Significativos  fueron y son  el sacrificio y los esfuerzos invertidos en estudiar y utilizar un sinfín de cepas, con el fin de  ensamblar vinos que emulen equilibradas melodías en las que destacan tres notas;  arte, cultura y técnica.
 
Desde que los seres humanos habitamos el globo terráqueo -hace ya varios milenios- se renueva continuamente la triple alianza de una coalición muy singular; en la que el que el trabajo del hombre, en complicidad con los caprichos de la naturaleza y la venia del Altísimo, confabulan para que podamos cosechar los abundantes frutos que la naturales nos brinda, entre ellos por supuesto la uva en todas sus variedades, cultivada en diferentes geografías y micro-climas de todos los continentes, destinados a elaborar infinidad de caldos y aguardientes.
Importante considerar aquí, que durante el letargo de la estación invernal, sin excepciones, se observan  las vides ennegrecidas, deshojadas y sin racimos, prácticamente inertes,  dando  la impresión de haber perecido luego de la última vendimia. Este panorama desolador es aparente, pues la Naturaleza en su sabiduría, otorga un periodo de reposo, durante el cual las plantas se recargan de energía y  los vinicultores  limitan su actividad a realizar un trabajo de poda de las vides. Transcurridos los gélidos meses invernales, la inminente llegada de la primavera, da lugar a un espectáculo festivo de indescriptible belleza: los viñedos parecen despertar, florecen y comienzan a surgir minúsculos racimos, es un desborde exuberante de aromas, colores y sabores. La naturaleza viste paulatinamente sus mejores galas, para festejar una vez más el milagro de la vida.
La época  óptima para la vendimia es el final del verano (justo antes del otoño), sin embargo el momento preciso de iniciar la cosecha, es una decisión compleja que deben tomar vinicultores y enólogos, ya que este momento se determina  por el comportamiento de las vides, las condiciones climáticas y el tipo de vino que se pretende producir. En el caso de que la vendimia se realice antes de tiempo, las uvas no habrán alcanzado su punto máximo de maduración y se obtendrán vinos un tanto agrios y ácidos. Si se trata de producir un vino joven, no es necesaria una cosecha tardía, pero si se pretende  producir vinos potentes y de mucha estructura, especialmente los así llamados, vinos de guarda, se aguardará a que la uva alcance su óptimo nivel de maduración. Necesario es aclarar  sin embargo, que debe tenerse el máximo de cuidado para no exceder demasiado el tiempo de maduración,  bajo riesgo de obtener un vino muy blando,  o quedar al acecho de las inclemencias del tiempo que acaben  dañando la producción del viñedo.
La recolección de la uva asimismo, ha de variar según factores como los siguientes: en algunas Denominaciones de Origen, solo es permitido vendimiar a mano. En otras regiones de geografía accidentada (como la Ribera del Duero, en especial la parte portuguesa) se hace imposible el acceso de maquinaria agrícola. Por otro lado, si existe mano de obra especializada y barata, la vendimia se realiza generalmente a mano, caso contario la maquinaria es una excelente alternativa, ya que además permite realizar la cosecha durante la noche, cuando el clima es más fresco.
Por lo pronto, los productores bolivianos esperan ansiosos la cosecha de este dos mil diez, para rendirle tributo a la Madre Naturaleza y agradecer al Creador mediante una fiesta o verbena popular que no hace otra cosa que celebrar el momento en que los vinos pasan de ser un simple fermento alcohólico, para iniciar su trasformación en irrepetibles obras de arte que engalanan y celebran  el paso de hombres y mujeres, por el imparable derrotero de la historia.
 
Seamos tal cual el vino guarda: hagamos que el tiempo deje de ser una constante en nuestras vidas, para convertirse en una simple variable de nuestra existencia…

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