lunes, 13 de junio de 2011

Usar y abrir todos los sentidos



Para poder ser un buen catador de bebidas se debe estar abierto a vivir la vida y disfrutar de abrirse al mundo a través de las experiencias sensoriales. Además debe ser ‘promiscuo’, en cuanto a experimentar  nuevos sabores, mediante el gusto, la vista, el tacto, el olfato y todo lo que lleva consigo apreciar un buen licor", definió Romano Paz, politólogo y un catador de vinos y whiskies. Él empezó en esta actividad, luego de un viaje a España, donde se encontró con este hobbie que luego se convirtió en una profesión debido a diferentes cursos que siguió en el exterior para tener mayores conocimientos .

Variar sabores.   Paz también menciona que todo catador debe estar abierto al mundo y sus sensaciones, pues los aromas y los sabores siempre variarán. Además que no debe ser fiel a ninguna marca o sabor de licor, puesto que el paladar se atrofia y se puede acostumbrar a una sola clase de sabor. "Catar es como el lenguaje, porque mientras uno más lee más lo enriquece.


En bebidas, mientras uno más rota los sabores, el paladar se va haciendo mucho más agudo y especializado para encontrar nuevas notas, aromas y matices. Entonces uno aprende a valorar y diferenciar los diferentes tipos de caldos", asegura Paz.

Valoración de los licores. Para el catador no existen bebidas buenas o malas y ello se debe a que ninguna persona experimenta de la misma manera. Pero asegura que existen diferencias entre una y otra marca. Estas diferencias están especialmente en las denominaciones de origen o países de donde proceden. 


Cada país  varía en las características de destilado, procedimientos y los materiales en los que se elaboran. Del origen dependen las características únicas que posee cada whisky o vino, explicó.

Los años determinan los alcoholes. En el caso de los whiskies el tiempo de añejamiento o tiempo que ha transcurrido desde que han sido producidos, determinará la cantidad de alcohol presente en su contenido. Así un whisky muy joven será agresivo y áspero a los sentidos. Mientras uno más macerado o añejado se va suavizando, de manera que aparecen notas más tenues y elegantes. Además, que muchas veces se puede percibir la vainilla del roble, sabores cítricos, a fruta fresca, especias, frutos secos, chocolate o tabaco. En fin, la gama es amplia en cuanto a los sabores del whisky, enumeró Paz.

El vino tiene vida. Para Paz catar un vino es una experiencia diferente, pues éste es un producto que tiene vida y puede ser mucho más perecedero que otros destilados. Además, tiene un sabor más suave y está influenciado por la madera en la que se produce.

Un caso muy particular es la de los vinos que se hacen en Tarija, ellos tienen una característica propia del lugar y ésa es la altura. Ello combinado con el añejamiento y la calidad de la casa donde se añejan les da una característica única en el mundo. Las cepas que se obtienen en este lugar gracias a su clima, hacen que los vinos tarijeños sean muy apreciados en el mundo.


El whisky adquiere madurez
Lo hace con el paso de los años,  al igual que las Personas.
Experiencias únicas
Para romano ser catador es estar abierto al mundo de las experiencias sensoriales.
Los vinos tienen vida.
Esta es una característica de su procedencia y de la manera de ser procesados.

Texto: Caleidoscopio / www.eldia.com.bo
Nota : Entrevista
Diponible en: http://www.eldia.com.bo/mobile.php?cat=356&pla=7&id_articulo=56849
 
Publicada el Sábado,  12 de Marzo, 2011

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