miércoles, 6 de julio de 2016

A la conquista de la Vitis vinifera


 
Hace poco menos de un año recibí la provocación de mi amigo Pablo Laguna para armar un curso privado de cata de vinos, sin vacilar mucho decidí aventurarme en tan lúdico proyecto, por lo que durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2015, me reserve las noches de los días lunes para sumergirme en el mundo del vino.
 

El “War Room”  y por ende “sala de cata”, siempre fue la sala de la casa de Pablo, quien no solamente fue un excelente anfitrión, sino que además se encargó de seleccionar a un grupo heterogéneo de interesados que tenían dos cosas en común: el gusto por el vino y el deseo de ampliar sus conocimientos en la materia.

Arme una ruta crítica de varios encuentros, que se sucedieron más o menos de la siguiente manera:
 
  • En una primera etapa nos sumergimos en la historia del vino, revisando sus orígenes en la antigüedad y como esto se vio reflejado en el arte, la medicina y la mitología durante siglos.
  • En una segunda etapa revisamos la literatura, los avances científicos, las técnicas modernas de vinificación y los tipos de vinos que son producidas en los cuatro puntos cardinales del globo, valga decir los vinos del viejo y del nuevo mundo.
     
En catas horizontales y verticales valoramos los tradicionales vinos tranquilos: tintos, rosados y blancos.  Pero además valoramos vinos  en sus versiones “gasificados” y “espumantes”,  y en contrapartida los “late harvest” y “fortificados”.
En cada uno de los encuentros llevamos a cabo un maridaje, por lo que también tuvimos experiencias gastronómicas sublimes.



Al termino del curso nos percatamos que sin pretenderlo, “el vino nos había hermanado” y como toda buena familia no podíamos simplemente decirnos; “adiós y suerte en la vida”, por lo que nos hemos constituido en una “fraternidad”, a la fecha hemos realizado varias catas y maridajes para ampliar de manera conjunta nuestro abanico de conocimientos vitivinícolas y gastronómicos.
En el último cónclave nos lazamos a valorar los vinos del viejo mundo, para la ocasión el maridaje estuvo bajo la tutela de Pablo Laguna, quien nos preparó un exquisito lomo de “Cerdo en reducción de Malbec” y “Patatas al Romero”. Al finalizar la ardua jornada, por unanimidad llegamos a la conclusión de que todavía nos queda mucho camino por recorrer, así que hay frater pa rato.

Texto: Romano Paz

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